miércoles, 30 de abril de 2014

Copa menstrual, hay otras opciones más cómodas y baratas.

El pasado Viernes, en un comercio, me vi en medio de una conversación sobre el I.V.A en los productos de higiene femenina, que gozan de un 21% por considerarse artículo de lujo (que manda huevines también el asunto). Cuatro mujeres mega indignadas comentando con desdén si es que pretendían que volviéramos a la época de las toallas insinuando el atraso que ello conlleva. Jolin me sentí hasta violenta, yo que soy feliz usuaria de compresas de tela y la copa vaginal, sinceramente no quise ni intervenir por miedo a sus reacciones, tan enarboladas se hallaban.
Ayyyyy si se informaran más y no se quedaran con lo que nos vende la tele y grandes superficies...
Justamente dos días después Mamá en prácticas publicó una entrada sobre las copas menstruales. A raíz de ella, hablando y hablando entre unas cuantas, llegamos a la conclusión de que aunque muy extendidas ya en su uso todavía no la conoce mucha gente; algo que yo había dado por hecho dos años después de tener mi entrada pendiente en borradores (se quedó ahí, a medias, después de que mi ordenador pasara a mejor vida).
Así que hoy, en vista de lo ocurrido el viernes (y por petición popular jijiji) voy a abrir el cajón de mi baño y vaciar el virtual de borradores, que ya iba siendo hora.

En el baño tengo guardada una de mis copas (a falta de una tengo dos jeje), la otra suele pulular en el bolso, la mochila de salidas o el coche.Llegué al conocimiento de ella en un foro sobre maternidad. Por aquel entonces empezaba en el mundo de pañales de tela (creo que se merecen una entrada) me hacía cruces al leer sobre ellas, que repelús me daba...
Pero aunque yo seguía dicharachera sin mi regla tras el parto no dejaba de agobiarme pensando en el momento de su llegada. Y es que tras el parto y mis quince puntitos en forma de tierna cicatriz que me regalaron con la episotomia me daba cosa pensar en ponerme un tampón. Con lo resecos que son, no hacía más que imaginarme como se iba a rozar por los puntos y dejarme restos de su algodón lleno de químicos (recordemos que el uso de los tampones está estrechamente relacionado con el Síndrome de Shock Tóxico). Las compresas por su parte nunca las noté cómodas y me parecían anti higiénicas (curioso que ahora las use de tela ¿verdad? jeje), además de olerme extrañamente, a mi no me daban sensación alguna de limpieza y mucho menos frescor, incluso antes de ponérmela.
Yo estaba super agobiada, ¿que iba a ser de mi entonces? y mientras me hacía tan angustiosa pregunta fue cuando conocí las copas menstruales. Como decía me daba repelús su idea, pero oye, que me daba mucho más la idea del tampón rasposo o la compresa con olor a vete tu a saber porque a nube ya te digo yo que no huelen. Y como los pañales de tela me habían enamorado y el resto de foreras enamoradas de ellos también lo estaban de la copa me decidí ,dos años después de estar dándole vueltas, a comprarla para cuando la prolactina me bajara y volviese a menstruar. Tardé dos años en dar el paso, pero estoy segura que con el asquito que me daban las otras opciones si me hubiese vuelto antes la regla la hubiese comprado entonces.
Aún y sin rastro del periodo la probé un par de veces, por ver como era aquello. Me pareció genial y estaba segura que llegado el momento no me iba a defraudar.

Y así fue, completamente satisfecha con su uso y pesarosa del tiempo perdido usando los incómodos tampones.
Y es que por mucho que nos vendan la moto de que los tampones son mega cómodos todas sabemos que en el fondo no lo son tanto. Es cierto que en comparación con una compresa estos le dan veinte patadas pero que levante la mano la que en alguna ocasión no se haya sentido incomoda al ir notando el tampón colocado en su sitio. Luego están sus escapes que por mucho que también nos cuenten la milonga que puedes ir toda de blanco con tus chachi shorts inmaculados lo cierto es que tienen una cuerdecita de algodón, para ayudar a su extracción, que hace las veces de mecha, manchando la mayoría de veces las braguitas o incluso los pantalones. Una gran cantidad de mujeres los usa combinados con salvaslip, pues vaya olvido y comodidad ¿no?
Luego está el tema de ir al baño, otra vez el cordoncito molesto, si no te acuerdas de apartarlo se moja de pipí, súper higiénico ¿verdad? ¿Entonces que haces? lo secas como buenamente puedes (aunque sabes que limpio no está) o te decides por cambiarlo por otro tampón, peeeeero... resulta que no hace tanto que te lo has puesto y este no está ni a la mitad de su absorción aún por lo que su extracción es.... brrrrrrrrr me dan escalofríos de recordarlo.
esos pelitos de algodón que se quedan pegados irritándonos, brrrrrrr
Pero es que esto pasa igualmente si está casi en su limite, siempre y cuando quede un trocito de blanco, por mínimo que sea, este se nota y molesta en su retirada.
Esto nos lleva a los días previos y los últimos coletazos del sangrado. Los últimos días no manchas lo suficiente para ponerte el tampón sin molestias resecas, aunque sea el de menor absorbencia, pero también es demasiado para un salvaslip. Y los días que andas esperando que te baje no puedes ponerte un tampón por si acaso, bueno sí podrías aunque no está recomendado ya no por la incomodidad de su sequedad y dificultades para sacarlo sino por las posibles infecciones que ello pueda provocarte. Y de nuevo el uso del salvaslip puede ser poco para ese momento.
La copa en cambio está fabricada de silicona médica (ahora también las hay de plástico quirúrgico) que por una parte te libra de reacciones alérgicas y de posibles infecciones ya que en ella no proliferan microorganismos. Además la silicona no raspa ni reseca, su entrada y salida es muy fluida por lo que la puedes usar para esos días "por si acaso" de cuando esperas su visita y para los días de menos manchado del final del ciclo. Sin problemas.
Tampoco has de estar pendiente de las horas, por aquello de la fricción incomoda para sacarlo y también por la de no tirar el dinero. "A ver me lo he puesto después de comer a las 14:30, son las 19:00, eso son cinco horas y media, si tengo que salir a hacer unos recados..." Pues no te da chica, mejor te lo cambias antes de salir o te arriesgas a tener un percance por el camino. Así que o pasas la incomodidad de ponerte otro nuevo antes de tiempo o te llevas uno de recambio y te buscas un bar para cambiarte.
Con la copa pues te la vacías antes de salir y santas pascuas. Sin contar horas ni pasar malos ratos. Aunque no es necesario quitártela para orinar (ya que a comparación con el tampón esta no tiene ningún tipo de contacto con el pipí aunque no te acuerdes de que la llevas), acabas por tener la costumbre de ir vaciandola en cada visita al baño. Al no costar nada  y hacerse rápido pues eso que no tienes que ir pensando durante la jornada, porque al baño vamos varias veces al día (o deberías que es malisimo para los riñones y las cistitis) y como la copa tiene una capacidad mucho mayor no tienes que ir contando horas, estás más relajada, es que incluso te olvidas de que tienes la regla. Yo suelo colgarme la bolsita donde la guardo cuando no la uso en el tirador del cajón para acordarme. Y es que, a diferencia de los tampones, la copa no se nota absolutamente nada.

Queda mucho más abajo que un tampón, en la entrada de la vagina, allí queda colocada haciendo el vacío y recogiendo, no absorbiendo, por lo que no reseca nuestras paredes vaginales. Todo es más fluido, más natural.
Al principio no habían apenas opciones de compra y las que habían contaban con un rabito para, más que ayudar a su extracción, darte seguridad. Yo lo recorté a ras en el siguiente ciclo, cuando se me pasó la sensación inicial de no poder alcanzarla. Porque aunque te hayas hartado de leer que es normal y que suele pasar lo cierto es que llegado el momento te da por sudar un poquito imaginandote en urgencias dando explicaciones jajaja. Es por el hecho de que debido a las contracciones naturales del útero la copa tiende a subirse un poco hacía arriba y no llegas con los dedos ni a coger el rabito y es cuando te entra el agobio. La verdad no es que yo me asustara, sabía que salir iba a salir, a veces son necesarios varios pujos para hacer que vaya bajando, como en el parto, no va a salir con el primero, así que no te pongas nerviosa y tómatelo con calma. Las primeras veces necesitarás unos cuantos pero luego con un par o tres sabes hacerla bajar rápidamente. Y si ves que te agobias y no lo consigues date un respiro. Sal un momento del baño, da una vuelta por la casa y vuelve a intentarlo más calmada. No vas a tener que ir a urgencias, estate segura de ello ;)
Bien, ya la estamos usando, estamos encantadas, nos va genial, la sabemos poner y quitar tranquilamente y sin contratiempos pero tenemos que salir de casa ¿Como me lo voy a montar?
Pues no hay que preocuparse por ello tampoco, la copa tiene una gran capacidad y puedes llevarla puesta un máximo de ocho horas seguidas. Yo nunca e llegado ni a la mitad de su capacidad en ese tiempo, me sorprendí al ver que lo que parecía que tenía como una regla abundante en verdad son unos pocos mililitros de sangre. Por cierto una sangre fresca, roja, brillante, que no huele a nada.
¿a que huelen las nubes? Seguro que a algodón de azúcar
Nada que ver con el color y olor raro a los que nos tienen acostumbrados tampones y compresas comerciales. Porque, como decía antes, las nubes no sé a que olerán pero desde luego sé que la sangre menstruada no huele a nada, no hay nada que tapar ni combatir, ¡son las propias compresas las que huelen! Volviendo al tema de la salida de casa, aunque la capacidad de la copa vaya sobrada para las ocho horas, si tienes que trabajar una jornada intensiva o tienes unos sangrados abundantes deberás vaciarla fuera de casa. Pero oye, que tampoco es nada raro ni complicado, ¿acaso no lo haces con los tampones y compresas? Pues esto lo mismo.
Tan solo tienes que extraerla, y la viertes en el WC. Hay chicas que llevan una botellita de agua pero yo le paso papel higiénico y luego la repaso con una toallita húmeda, y ya está, lista para volver a usarse. Ya en casa le darás una jabonada más profunda si quieres aunque la toallita la deja genial; como le decía a Mamá en prácticas otras cosas lo rondan y no somos tan escrupulosas jajajaja :P

A todo esto vamos a añadirle su precio, la mía no llegó a los treinta euros, no sé a cuanto andan las cajas de tampones pero necesitas aproximadamente una al mes. Haz tu misma los cálculos teniendo en cuenta que si no te la roba el perro del bolso (como me pasó a mi, recuerda cerrar la cremallera jajaja) la copa menstrual tiene una vida útil de entre ocho y diez años.Y que con la que nos está cayendo y volviendo a las señoras de la tienda que tan indignadas estaban por los precios, llegar a final de mes y la vuelta a las cavernas:
Señoras, hay otra opción y no es ningún atraso, más bien a sido un adelanto, porque yo lo elegí por convicción no por necesidad monetaria y mira, eso que me e llevado de ahorro, que bien nos viene a mi niño y a mi. Y por desgracia hay mucha gente pasándolo mal y que no llegan ni a mediados de mes, ¿que pasa que nadie les habla de esto?
Para mi, y todas las mujeres a las que he conocido que se han pasado a ella, la copa vaginal le da cuarenta patadas al tampón que la mayoría suele usar en esos días.
Ojalá esta entrada llegue a los ojos de las chicas que me crucé el viernes y dejen de sentirse tan ahogadas y puedan, además de respirar un poquito más a final de mes, sentirse igual de cómodas que todas las que conozco que tras probar la copa vaginal maldicen el tiempo malgastado en tampones.

Y ya por acabar, si además el cuidado del planeta te importa imagina todos los deshechos que le estás ahorrando durante toda tu vida fértil ¿Sabías que una compresa tarda unos 200 años en descomponerse? ¿Cuantas usas al cabo del día?, ¿y del mes?, ¿del año?, ¡¿de toda tu vida?!


¿Tú la usas? ¿A que esperas para probarla y difundirla? ^_^

-No es una entrada patrocinada-
Enlace de afiliado:

sábado, 26 de abril de 2014

Ruido Blanco para concentrarse o calmar el llanto de bebés

El otro día me comentaba Mamá en prácticas que su cachorrillo había tenido una de esas tardes en las que no sabes que hacer. Esos momentos en los que los pequeños sin causa aparente y tras haber descartado lo obvio; frío, hambre, pañal, brazos, pecho..., no parece que nada les calme.
Está claro que alguna causa tendrán para estar así (seguro que la tienen pobrecitos), pero sin ellos saberse hacer entender, ni nosotros de comprender, lejos de suavizar la tensión nuestros nervios van aumentando y la situación parece agravarse y nosotros cada vez nos sentimos peor, perdidos, desolados e incluso en ocasiones asustados.

La mayoría de veces  la causa de tanto lloro una vez descartados fiebre, dolores, reflujos, etc., suele ser el mismo sueño. La incapacidad de poder relajarse y echarse a dormir, el "ir pasado de vueltas" (luego de más mayores lo vengo a denominar como "borrachera de sueño"). Puede ser debido a un exceso de estímulos, a una mala experiencia durante el día, a trastocar su rutina... La verdad es que llegados a este punto da igual a lo que sea debido, el caso es que nos vemos desbordados sin saber que más hacer, (aunque el hecho de detectar el motivo de su llanto y desolación nos ayudará a evitarlo en un futuro).
Es para esos momentos por los que escribo esta entrada sacada de un antiguo cajón de mi navegador ya vaciado pero del cual conservo su recuerdo; se trata del Ruido Blanco.
Es aquel que suelen producir secadores de pelo, campanas extractoras, ventiladores, aires acondicionados... Un sonido continuo, sin alteraciones, como un zumbido. En la naturaleza suele darse con la lluvia, el oleaje, el agua fluyendo por un riachuelo, unas cataratas, o el vientre materno. Es ahí donde obra su magia el ruido blanco y nuestro bebé, el recuerdo del confort en su etapa intrauterina.

El ruido blanco nos envuelve y es como si absorbiera el resto de bullicio que nos rodea. Hace que nos olvidemos de ellos, que nuestro sistema cognitivo se relaje al estar expuesto a un mismo sonido continúo y sin alteraciones. De igual manera que nuestra mente desconecta su atención a las gafas que llevamos puestas y dejamos de sentirlas (e incluso a veces olvidar que las llevamos puestas). Es la forma que tiene nuestro cerebro de no sobrecargarse de información y dar prioridad a cosas más relevantes.
Si contamos con el extra de que es un sonido conocido y cercano al bebé, un sonido que le recuerda a su estancia en el útero, la combinación resulta mágica.

Si tu bebé no puede dormirse o dejar de llorar prueba a enchufar el secador de
pelo, o a sintonizar una frecuencia de radio donde no emitan, también puedes poner el ventilador en verano..., los resultados casi inmediatos te sorprenderán.
De igual manera te irá bien si te sientes nervioso, no eres capaz de concentrarte o simplemente te quieres tomar un tiempo de desconexión.
Mi dormitorio es exterior y aunque apenas hay circulación de noche algún que otro vehículo suele pasar alterando el ritmo de la noche y por tanto mi sueño. En verano suelo dormir toda la noche con un ventilador que, además de ofrecerme fresquito, amortigua los coches y los ruidos vecinales (televisiones, ladridos, portazos...) cuando me voy a dormir más temprano. Por lo tanto es un gran remedio para el insomnio o sueño ligero. En invierno, con las ventanas cerradas, se está más aislado, pero como yo soy de esas a las que le cuesta conciliar el sueño me pongo el mp3 con una pista de ruido blanco en bucle. Es la misma que a veces uso cuando leo, sobretodo si es en espacios públicos donde cuesta que un bocinazo, pelotazo o grito repentino no te descentre de tu lectura.
También son una buena solución si sufres de acúfenos (pitidos o zumbidos en los oídos).

Para muestra un botón.

Para que no te vuelvas loco buscando una emisora sin emisión alguna (en mi zona siempre hay alguna ligera interferencia que hace saltar el sonido) o si te da apuro poner el secador a depende que horas, aquí te dejo un vídeo estático con sesenta minutos ininterrumpidos de ruido blanco que te dan para un rato de lectura, conciliar el sueño tranquilamente o ayudar a calmar a tu bebé.


MP3, 60 minutos de ruido blanco, click aquí para su descarga gratuita.


martes, 15 de abril de 2014

Kit de excavación Homo Neanderthalensis, juega a ser un pequeño paleontólogo.

En vacaciones los niños suelen aburrirse y agobiarse en casa, es por eso que hoy toca abrir uno de los cajones de mi cachorro donde se guardó su kit de excavación de esqueletos.

Fue uno de los regalos que recibió por Navidad, y le gustó tanto que prefirió guardárselo para que no se le acabara y poder disfrutarlo mayor tiempo. ¿Conoces la frase "La felicidad está en la sala de espera de la felicidad"? Parece ser que él sí, y la explota y saca partido; deberías verle comerse una natilla para que le dure más y disfrutarla con intensidad jeje, así que con este juego de excavación de fósiles no iba a ser menos. Es por eso que lleva desde Enero a medio excavar guardado en su cajón.

Existen una gran cantidad de modelos y marcas en el mercado. Aunque la mayoría de veces los que se ven o encuentran suelen ser de dinosaurios. Este en particular es de Geoworld*, el Homo Neanderthalensis. También puedes hallar de gemas, dientes, insectos en ambar...
Este año en una tienda vi a muchos de ellos, era difícil decantarse solo por uno, pero me decidí por este esqueleto tanto por el precio (unos 12€) como por el modelo ya que a mi cachorro los dinosaurios no es que le llamaran nunca mucho la atención, en cambio el cuerpo humano le pirra así que seguro le iba a hacer gracia una vez dada por finalizada la excavación tenerlo en su cuarto junto al torso humano de piezas encajables que me pidió cuando tenía dos años.
No me equivoqué, se puso como loco al verlo y no tardó en sacarlo de la caja y ponerse manos a la obra.
El bloque que contiene los huesos fósiles mide unos 15x10cm, viene con una piqueta con una especie de cuchillo en su extremo opuesto y un cincel, ambos de plástico duro y resistente.
Yo eché en falta un cepillito para darle mayor realismo así que le sugerí de coger uno de los que tenemos para la cola blanca y para acabar de hacer la gracia una cuchara de plástico para usarla a modo de pala.
La piedra a excavar es de una especie de yeso muy blando, como si estuviese húmedo aún, muy fácil de rascar y picar; tan fácil que solo pasando el pincel vas sacando capas de "piedra". Lo cierto es que si le das cuatro viajes bien dados, o lo tiras al suelo, el bloque deja al descubierto las diferentes piezas que con un par de tirones podrías sacar. ¿Pero donde queda la gracia entonces? Eso lo sabe muy bien mi niño (como digo sólo hay que verle comerse una natilla) así que una vez cogidas las dos herramientas extras, que le sugerí y que le parecieron estupendas, se puso manos a la obra. Solo le faltaba un traje color caqui jajajaja.

Ponía su cincel y le iba dando golpecitos con la piqueta, haciendo surcos en la piedra, luego le pasaba el pincel para retirar el polvo y poder ver como iba el trabajo no fuese a haber un hueso ahí y este se astillara o echara a perder (aunque son de plástico resistente claro, hay que meterse en el papel jeje). Cuando por fin le apareció una punta de hueso se puso a pegar gritos emocionado, entonces dejó el cincel y la piqueta y se esmeró con el pincel, de vez en cuando usaba la cuchara-pala para retirar la arena que estorbaba y poder mantener limpio el trozo que trabajaba. No creas que es algo complicado o pesado, es que él disfruta dándole realismo. No te miento si te digo que ese primer contacto le duró dos largas horas que dejó a regañadientes porque ya era la hora de comer. Más tarde estuvo otras tres. Los días sucesivos lo cogió una media de dos horas diarias, cuando vio que eso ya estaba muy avanzado y se terminaría pronto me dijo que lo iba a dejar un tiempo para que le durara más. Y ahí sigue (¿a la espera de recibir nuevos fondos que permitan continuar con el descubrimiento? jajajaja), hasta hoy que al verme buscar imágenes para ilustrar la entrada a decidido que ya era hora de volver a los trabajos de excavación. 

Él le está sacando mucho jugo y disfrutando un montón, cuando se decida a acabar con este Homo Neanderthalensis le tengo el ojo echado a uno de pepitas de oro que viene con su bolsita de cuero para guardarlas, en realidad son pepitas de pirita (el falso oro) y para jugar a tesoros, piratas y ladrones le va a venir genial, sin contar la diversión que le brindará el tiempo de excavación previo.
Solo hay que tener una cosa en cuenta, crea mucho polvo, si hay personas con problemas respiratorios no creo que sea muy adecuado sobretodo si es el propio niño. Aunque no tiene porque quedarse privado del juego si usa una mascarilla o pañuelo, a fin de cuentas los verdaderos arqueólogos suelen llevar uno siempre colgado del cuello para cuando lo necesiten.
También tener en cuenta que puede ensuciar los muebles, al ser un material tan blandito el polvo que crea se queda adherido, aunque pasando un paño se quita fácil, yo más que nada lo aviso por si eres escrupuloso con el orden o la limpieza no te vaya a dar un patatús al ver la que se monta en un principio. Tranqui, de verdad que se recoge-limpia muy fácil, un paño y un barrido (o incluso mejor directamente la fregona húmeda o el mismo trapo) y todo como nuevo.
Aunque ahora que ya hace buen tiempo casi que es más divertido salirse al balcón o irse a un parque a hacerlo bajo el sol, más autentico aún.

*Nota en caja: Stefano Piccini, geólogo y paleontólogo, es el que ha ideado Eduproducts, una línea innovadora de juegos educativos infantiles, que contienen fósiles y minerales auténticos así como réplicas perfectas de dinosaurios, para acercar a los niños al fantástico mundo de la paleontología.


-No es una entrada patrocinada-
Enlaces de afiliado:

miércoles, 9 de abril de 2014

Discos de Nado Delphin, cabeza a flote en todo momento.

Hoy más que cajón abro la mochila de mi cachorro...

... preparada ya con todos sus bartulitos para una escapada playera. En ella, entre sus básicos, están sus manguitos para el agua ya que aún todavía no sabe nadar.
La seguridad en el momento del baño es algo que tenemos muy presente, sobretodo cuando los niños no saben nadar y/o flotar. En el mercado hay mucha variedad a la hora de escoger, flotadores de aro, con asiento, con arneses, burbuja de corcho, churros...
Yo voy a hablaros de nuestra elección y la que han cogido nuestros conocidos al verlos en uso: los Manguitos de Nado Delphin.Los conocí en el primer verano del niño cuando este rondaba los 4 meses. Siete años después siguen con nosotros casi como el primer día.

A diferencia de los manguitos hinchables estos no se pinchan, como digo hemos usado el mismo par durante 7 temporadas, y tampoco tienen tapones que se puedan abrir con su consabida pérdida de aire, es por ello por lo que no corren el gran peligro de deshincharse en medio del agua y/o de arruinarte una tarde playera por quedarte sin medio de flotación.Otro punto a favor es que estos no raspan como sí sucede con los manguitos y flotadores de plástico, sus juntas a veces parecen autenticas cuchillas, en mi infancia más de una vez me e llevado un buen corte.
Tampoco pierden sujeción ni mucho menos se resbalan del brazo.

Los manguitos de nado Delphin son evolutivos. Constan de 3 aros por brazo que se conectan entre sí mediante unos botones tipo click hechos en el mismo material que los manguitos, un tipo de espuma que me recuerda al foam.

A medida que el niño va aprendiendo a nadar o para incentivar su aprendizaje se retira un disco por brazo (siempre a de permanecer compensado en ambos lados con el mismo número de discos flotadores). De esta manera no recae todo el trabajo de flotación sobre los discos pero tampoco dejamos a los críos sin apoyo y le brindamos una seguridad.
El año pasado (este todavía no hemos estrenado temporada aunque poco queda) ya se envalentonaba a ir sin apoyo, aunque la mayoría del tiempo iba con un disco solo, y cuando se sentía más cansado se añadía uno más llevando un par por brazo.

Cuando los estrenamos con unos cuatro meses de edad usábamos también un par de discos en total. Con uno por brazo y con su tamaño y peso le daba más que de sobra para flotar. 

Pero lo que más me gustó de estos manguitos fue su flotación. Siempre mantiene la cabeza a flote. Da igual lo que se mueva la criatura, da igual que se tire mal al hacer la bomba, no importa que le empujen en el borde o que una ola le haga perder pie y le revuelque... siempre, siempre, su cabeza saldrá a flote, incluso aunque el número de discos no sea el suficiente para mantenerlo flotando sin ayuda física, en cuanto el niño se mueva por reflejo estos le ayudarán a que saque la cabeza, siempre.
Y a mi esto me brindaba una seguridad añadida, se entraba con ellos en el recinto de la piscina y se salia de el con ellos puestos. Sí, estarás pensando que soy una exagerada pero mis dotes nadadoras son pésimas, mi estilo ranita no da para hacer maniobras de salvamento y teniendo una piscina semi privada más vale prevenir que curar.
Como comentaba, ya han pasado seis veranos, vamos a por el séptimo, y no han perdido color ni se han dado de sí (aún y prestándolos a amiguitos de diferentes tamaños y pesos).
Han aguantado seis temporadas de reluciente y achicharrante sol y de cloro casi diario y otras tantas jornadas de agua de mar. Y ahí siguen, siendo un indispensable de su mochila veraniega, quien sabe, quizás este año sea el último.

Vídeo demostrativo con bebé


PRINCIPALES VENTAJAS DE LOS DELPHIN SWIM DISCS:

- No hay que inflar ni desinflar.
- Imposible que se pinchen.
- No tienen esquinas cortantes que dañen la cara o brazos del niño.
- Ayudan a padres y profesorados a controlar la flotabilidad del niño.
- Talla única para bebés y niños. De 3 meses en adelante.
- Si se dañan no disminuye su flotabilidad.
- Gran dificultad para salirse del brazo por si solos.
- Mantienen al niño con estabilidad dentro del agua.
- Durabilidad superior al resto de manguitos.
- No se decoloran y son resistentes al cloro y agua salada.
- No contienen materiales tóxicos y prohibidos como Phthalates, naftalinas...
- Usados con éxito durante más de 25 años por profesionales de la natación.


-No es una entrada patrocinada-
Enlace de afiliado: